Si estás buscando consejos para no discutir con tu pareja, puede que estés notando discusiones irrelevantes en el día a día pero una falta de conversación sobre lo verdaderamente importante y vulnerable.
Cuando llegamos a un punto de comodidad en nuestra relación, las conversaciones se pueden volver predecibles, podemos dejar de intentar mejorar nuestro comportamiento hacia la otra persona y asumimos que hemos llegado a un estatus quo inmutable.
Esto nos puede dar una sensación de seguridad y confort, pero también puede resaltar las pequeñas diferencias e irritaciones diarias. Para no romper esa seguridad, podemos dejar de hablar de nuestros miedos, enfados y objetivos para la relación. La falta de vulnerabilidad y honestidad hace que las pequeñas irritaciones se conviertan en válvulas de escape para esas emociones más profundas.
Es importante aprender a manejar las diferencias entre personas de manera saludable. Para esto, necesitamos trabajar la comunicación, la autorreflexión y el establecer límites claros.
En este artículo quiero ofrecer estrategias para minimizar las discusiones innecesarias y técnicas para mejorar el resultado de las discusiones que decidáis que son importantes para desarrollar la relación.
Evitar discusiones con tu pareja es posible. Si necesitáis consejo profesional y una hoja de ruta adaptada a vuestro caso, os conectamos con los mejores terapeutas de pareja online.
Comunicación abierta y respetuosa
En una discusión solemos ponernos a la defensiva, nos cerramos en banda y no conseguimos comunicarnos de manera abierta ni respetuosa. Si queremos cambiar nuestra comunicación en pareja, necesitamos aprender a comunicar los sentimientos de manera clara, desde nuestro punto de vista personal, sin atacar y, sobre todo, sin culpar a la otra persona.
Para esto puede ser de gran ayuda darnos tiempo a solas antes de la conversación para contactar con nuestros propios sentimientos más allá del dolor, incluso escribirlos para tener claridad. Hablar con familiares o amigos de confianza o con un terapeuta de pareja también puede ayudarnos en esto.
Cuando estemos en la conversación, intentaremos hablar desde el “yo”, es decir, en vez de “Tú siempre/nunca…” intentaremos decir “Yo me siento… cuando…”. También debemos recordar que en una conversación es importante expresarnos y escuchar a la otra persona. La escucha activa es clave para que ambos partidos se sientan comprendidos, escuchar para entender a la otra persona en vez de escuchar para responder y defendernos.

Reconoce tus errores
Cuando hagamos la autorreflexión para contactar con nuestros sentimientos, será importante mirar si hemos cometido algún error por el que queremos pedir perdón. Esto nos ayudará a ver que nosotros no somos perfectos, ni tampoco lo es nuestra pareja.
Aunque a veces en una discusión se tienen que decir cosas difíciles, que pueden llevar a que la relación se sienta temporalmente más débil, podemos fortalecerla con un sincero “perdóname”.
Si en nuestra autorreflexión identificamos un error y podemos reconocerlo ante nuestra pareja, ella verá que no buscamos culparla, que estamos listos para asumir nuestra responsabilidad y abrimos puertas a buscar la manera de mejorar la relación.
La empatía
Intentar comprender a la otra persona fomenta la comprensión mutua. Especialmente durante un desacuerdo, debemos hacer lo que podamos para ver la situación desde el punto de vista de la otra persona.
Para esto, puede ser de gran ayuda preguntar activamente por las emociones de tu pareja. De vez en cuando, es necesario hacer hueco en la discusión para escuchar cómo se siente al respecto nuestra pareja y expresar cómo te sientes tú. Esto ayudará a que os entendáis, a que podáis ver las cosas desde la perspectiva de la otra persona.
Técnica de la pausa
Uno de los más importantes consejos para no discutir con tu pareja innecesariamente es mantener la calma. Durante una discusión, tómate un momento antes de responder, al igual que el consejo de contactar con tus sentimientos antes de empezar la conversación, es bueno mantener este contacto con tus sentimientos durante la discusión también.
Cuando estamos en una relación de pareja, queremos evitar reacciones impulsivas que en un momento pueden romper lo que hemos construido a lo largo de mucho tiempo. Para esto las técnicas de relajación que hayamos desarrollado en prácticas de yoga, meditación o mindfulness nos pueden ayudar, ya que nos será útil separar nuestra identidad de lo que estemos sintiendo en ese momento.
En muchas de esas prácticas es clave el control de la respiración, ya que nos ayuda a mantener claridad mental y mantiene la conexión entre mente y cuerpo, lo cual nos ayudará a mantenernos presentes en vez de dejarnos llevar por pensamientos de ansiedad o enfado.
Tiempo aparte
A veces, alejarse de la discusión y de la persona con la que estamos discutiendo por un ratito ayuda a calmar los nervios, aclarar las ideas y volver a priorizar el resultado deseado de la discusión. El distanciarse del árbol para ver el bosque nos puede ayudar a tener una visión más objetiva.
Es importante encontrar la manera de sugerir o pedir este alejamiento sin que alguna de las dos personas se sienta que estamos huyendo de ella o de que la estemos abandonando. Para esto es preferible hablar de nuestras maneras de gestionar los conflictos en una conversación cuando estemos en calma, para así entender lo que ambos necesitamos en cada momento y que cuando alguien pide un tiempo aparte no lo hace para herir, si no para mejorar la situación.
Evita los absolutos
Lo mejor para que una discusión tenga resultados positivos, es no generalizar. Hay palabras, como “siempre”, “nunca”, “todo” o “nada”, que suelen empeorar la situación, pues implican que, en nuestra opinión, la otra persona es la única culpable de todos los problemas que hay en la relación.
Esto lleva a que etiquetemos a nuestra pareja de forma negativa, sin tomar responsabilidad por nuestra parte en la dinámica de la relación. Esto hace que la persona se ponga a la defensiva y la pérdida de matiz en lo que decimos nos quita credibilidad. En vez de buscar un culpable para todo lo que no funciona, conviene cambiar la perspectiva y buscar soluciones juntos.
Evita los ataques personales
Concentra la conversación en el problema, no en la persona. Las consecuencias de hacer comentarios personales en los que atacamos a nuestra pareja, pueden ser devastadoras para nuestra pareja y para la relación.
Conviene diferenciar entre confrontar un comportamiento específico y un aspecto personal de nuestra pareja. Cuando el objetivo de la conversación es cambiar un comportamiento, podemos tener una conversación constructiva que solucione el problema.
Si la conversación es sobre un aspecto personal de alguna de las dos personas, debemos hacer un trabajo personal, bien por separado, o de manera conjunta. En ambos casos será de gran ayuda acudir a un terapeuta.
Por último, debemos tener expectativas realistas antes de empezar la discusión. Siempre esperamos que una discusión lleve a una mejora en la relación, pero no deberíamos depender de que eso sea así.
Viene bien pensar en cuáles son los resultados posibles y hasta qué punto estamos dispuestos a negociar o llegar a un acuerdo. Encontrar una solución en equipo será el enfoque de la discusión, no el “ganar” la discusión. Esto nos ayudará a mantener respeto mutuo, incluso cuando haya desacuerdos.
¿Es necesario discutir?
Debemos diferenciar entre lo que realmente nos importa y lo que no. A veces nos dejamos llevar por pequeñas molestias, pero no siempre merecen una discusión. En ocasiones, si nos tomamos un momento de pausa veremos que en realidad no es para tanto y que podemos comunicar irritaciones pequeñas sin llegar a un enfrentamiento.
Un tiempo de reflexión sobre la magnitud del problema o sobre lo que puede haber detrás de la irritación nos puede ayudar a entrar en conflicto sólo cuando sea realmente necesario.
Conclusión
En este artículo de consejos para no discutir con tu pareja innecesariamente, hemos visto que para que una discusión de pareja pueda tener resultados positivos es importante trabajar herramientas de comunicación abierta y respetuosa. La autorreflexión nos ayudará a tener comunicación clara sobre sentimientos, límites definidos y a reconocer nuestros propios errores.
La empatía y la comprensión mutua nos ayudarán a mantener el enfoque de la conversación en la búsqueda de soluciones y la mejora de la relación. Será importante pausar tanto antes de empezar la conversación, como durante la discusión. Si fuese necesario, aprende a pedir separación física durante esas pausas y a respetar la necesidad de espacio que puede tener tu pareja.
Tanto la autorreflexión, como las pausas y la comunicación clara nos permitirán mantener distancia entre nuestros sentimientos y nuestro ser, lo cual dará una objetividad a la discusión. Para mejorar esa objetividad será necesario evitar absolutos y ataques personales, manteniendo la perspectiva en buscar soluciones a los problemas en vez de buscar culpables y atacar a la persona.
Lo más crucial será identificar cuáles son las conversaciones que son importantes para la relación y cuáles son irritaciones irrelevantes que requieren pausa y reflexión para identificar la verdadera conversación que se necesita.
En todo esto nos podrán ayudar varias cosas, como pueden ser: apoyarse en familiares y amigos de confianza con les que hablar y clarificar nuestros sentimientos, límites y objetivos; utilizar técnicas de respiración y observación que trabajemos en nuestra práctica de yoga, meditación o mindfulness; leer sobre comunicación no violenta, empatía, escucha activa y practicar lo aprendido; y hacer uso de los servicios de terapia de pareja.
Escrito por: Laura Leoz.
Especialidad: Terapia Sesamo y Terapia Creativa.
Fecha: 09.12.2025