Las discusiones de pareja por los hijos adolescentes son, sin duda, uno de los principales motivos por los que muchos matrimonios acuden a terapia de pareja o familiar.
La adolescencia, como una de las etapas cruciales en la vida de una persona en lo que a cambios se refiere, es a su vez todo un reto para los padres.
La gestión de los conflictos que un hijo/a adolescente genera en el entorno familiar es una fuente continua de discusiones. Además, cuando estos problemas no se resuelven de una forma adecuada, pueden derivar en crisis matrimoniales que ponen en peligro la continuidad de una relación.
Por esta razón, y sabedores de lo importante que es aprender a gestionar las discusiones de pareja cuando se tienen hijos adolescentes, te vamos a dar una serie de consejos que te pueden ayudar a reencauzar la situación.
Los hijos adolescentes son un gran reto y pueden comprometer la buena salud de una relación de pareja. Si sentís que las discusiones son una constante y habéis perdido la armonía en vuestro entorno familiar, un terapeuta de pareja os puede ayudar enormemente. Reserva una primera consulta gratuita y sin compromiso, puedes asistir solo/a o con tu pareja.
Principales motivos que producen discusiones de pareja por hijos adolescentes
Antes de aportar consejos y orientación, queremos abordar cuáles son los conflictos más comunes que provocan discusiones y situaciones de crisis en aquellas parejas con hijos que están atravesando la adolescencia.
De esta manera, puede que te sientas familiarizado/a con alguno de los casos descritos. No obstante, si no ves tu caso reflejado en el artículo es normal. Cada familia tiene sus peculiaridades y cada situación de conflicto presenta los matices propios de cada hogar.
Aun así, si necesitas ayuda profesional o estás buscando un terapeuta para tu hijo adolescente o un psicólogo de parejas online como los que en este portal vas a encontrar, siéntete libre de contactar con nosotros para concertar una primera consulta gratuita.
Responsabilizar a tu pareja del comportamiento de tu hijo/a
Este sería, sin lugar a dudas, el principal motivo por el que se producen conflictos y discusiones en las parejas con hijos adolescentes.
En lugar de afrontar con una actitud constructiva los problemas que presenta la crianza del hijo/a en esa difícil etapa, las parejas suelen cargar las tintas el uno contra el otro, eludiendo su responsabilidad.
Esa forma de actuar es, en el fondo, una forma fácil de no afrontar lo que ocurre. Cuando culpas al otro te exoneras de culpa respecto a los conflictos que atraviesa el hijo/a. Sin embargo, este autoengaño sólo sirve para generar una crisis de pareja, cuando no familiar, y en ningún caso aporta solución alguna para el bienestar de la familia.
Falta de implicación de uno de los miembros de la pareja
Cuando es un hecho que uno de los miembros de la pareja no está presente en la educación del hijo/a adolescente, también es normal que esta situación provoque situaciones de crisis y conflicto.
Puede que, incluso, la ausencia de uno de los miembros esté justificada por las responsabilidades laborales y la consecuente falta de tiempo que esta circunstancia conlleva. Sin embargo, esta falta de equilibrio en la presencia y educación de los hijos también produce tensiones.
Los adolescentes son especialistas en encontrar las debilidades dentro del entorno familiar que jueguen a favor de sus intereses. Por esta razón, cuando la carga en la crianza recae sobre uno de los miembros, el hijo/a puede buscar en el otro una compensación que alivie el sentimiento de culpa del padre o madre por no estar presente en su vida. Esa compensación, a menudo, implica una serie de concesiones que el otro miembro de la pareja, el presente en la vida del hijo/a, no consentiría, y es aquí donde nuevamente se producen las fricciones.
También puede darse la situación de que uno de los miembros no se implique lo suficiente en la educación de los hijos por decisión propia, lo que sin duda es otra fuente de problemas y discusiones de pareja.
Puntos de vista discrepantes sobre la educación de los hijos
En oposición a lo que exponíamos en el apartado anterior, también existe un modelo de padres en el que ambos están muy implicados en la educación de los hijos. Sin embargo, puede que tengan diferencias respecto al modelo de crianza y autoridad que como padres deben mantener con sus hijos.
En estos casos, las discusiones de pareja también son frecuentes. El hecho de que cada uno considere que tiene razón respecto a cómo debe ser educado el hijo/a adolescente a menudo produce confusión en el joven y, en consecuencia, los problemas surgirán y con ellos, ante la falta de un criterio unificado por parte de los padres, las inevitables discusiones.
Hijos con problemas reconocidos o especialmente problemáticos
En algunos casos, el hijo/a adolescente tiene alguna condición reconocida, ya sea TDA, TDAH o cualquier otra patología que dificulte su pleno desarrollo en circunstancias más cómodas para los padres.
Aquí, pese a la buena voluntad, esfuerzo y tremenda implicación de algunos padres, el cansancio, la falta de resultados a corto plazo o la inevitable comparación con el entorno en la que muchas familias caen, también provocan discusiones de pareja y conflictos.
En otros casos, estas discusiones y situaciones problemáticas también se dan en hijos adolescentes que no tienen diagnosticado ningún tipo de trastorno o condición neurológica. Sencillamente afrontan los cambios hormonales y de su contexto social con una actitud de rebeldía y confrontación permanente hacia los padres, lo que sin duda también genera discusiones en la pareja.

Consejos y Orientación para superar las discusiones de pareja cuando se tienen hijos adolescentes
Ahora que hemos descrito algunas de las situaciones más comunes que generan discusiones de pareja en matrimonios con hijos adolescentes, es momento de arrojar luz sobre esta situación y aportar consejos para afrontar estos conflictos.
Como siempre decimos, los consejos que aquí aportamos no sustituyen la atención que un psicólogo o psicóloga de parejas os puede aportar. Por ello, siempre aconsejamos que, al menos, os deis la oportunidad de acudir a la primera consulta gratuita a la que tenéis acceso a través de este portal.
Cuando comprobéis todo lo que un profesional especializado en terapia de pareja online os puede aportar para afrontar vuestros problemas con hijos adolescentes, comprenderéis que no hay mejor inversión que el bienestar y el equilibrio en el seno familiar.
Y, ahora, los consejos con los que esperamos poder ayudaros o, al menos, inspiraros a la hora de mantener una actitud positiva y de unión ante el reto de criar y educar hijos adolescentes.
La unión hace la fuerza
Como dice este viejo refrán, manteneros unidos, incluso cuando existen discrepancias respecto a cómo deberíais llevar una determinada situación con el hijo/a adolescente, es crucial.
Si el joven observa que no existe unidad en la pareja siempre buscará ese punto flaco para obtener lo que quiere, incluso a costa de provocar conflictos entre sus padres.
Con esto no queremos decir que los adolescentes tengan algún tipo de maldad deliberada. Sencillamente no evalúan las consecuencias de sus actos ni son conscientes de los conflictos que su actitud puede generar.
Por ello, es importante que las discrepancias las tratéis en privado y nunca delante del joven. Vuestros hijos deben percibiros siempre como un equipo unido que rema en la misma dirección.
Preestablecer reacciones ante determinadas situaciones
Muchos padres tienen problemas redundantes y hasta previsibles con sus hijos adolescentes. Sin embargo, ante esta repetición no se han parado a establecer una determinada forma de actuar. Por el contrario, lo normal es actuar de forma imprevisible y, a menudo, iracunda y descontrolada.
Por este motivo, es importante que, una vez identificado un problema, consensuéis cómo deberíais resolverlo y actuéis en consecuencia.
Además, cuando la situación de conflicto se vuelva a dar, si vuestro hijo/a observa que actuáis de forma determinada y conjunta le dará mayor valor a vuestro rol educador, lo que puede provocar un cambio de actitud en su forma de actuar.
Cuidar la relación más allá del rol de padres
Como hemos comentado en diversos puntos de este artículo, los hijos adolescentes actúan bajo unos patrones que por muchos padres se identifican como de “enorme egoísmo”.
Sin embargo, como también hemos apuntado, no se trata de tachar a los jóvenes adolescentes bajo una visión negativa, ni estandarizar que siempre va a ser esta una etapa problemática.
Lo que aquí queremos exponer es que, de forma deliberada en algunos casos e inconsciente en muchos otros, los adolescentes buscan satisfacer sus necesidades, tanto materiales como de libertad.
Y es en este punto en el que vosotros, como padres, debéis permanecer muy unidos y cuidar vuestra relación en todos los aspectos. Muchos padres se olvidan de su vida en pareja ante la enorme tarea de educar a un hijo/a adolescente. Y esto, a ojos del joven, no es sino una brecha en vuestra unidad que en muchos casos puede querer explotar para obtener lo que quiere.
Por este motivo, los padres que permanecen unidos y muestran ese cariño y complicidad en su vida familiar, tienen más éxito como educadores. Así lo refrenda un estudio realizado en más de 64.000 familias estadounidenses, del que derivan resultados que ratifican la idea de que una mayor complicidad y unión en la relación de pareja tiene como consecuencia menores problemas con los hijos, tanto a nivel social como de depresión en los jóvenes.
Buscar ayuda profesional
Acudir a terapia de pareja ya no es un tema tabú, y tampoco es algo inaccesible en lo económico gracias a portales como este en el que te encuentras, donde te damos acceso a psicólogas especializadas en tratar problemas de pareja y familia a precios razonables.
Si sentís que vuestras discusiones de pareja no tienen fin y no encontráis la forma de establecer un frente común respecto a cómo abordar los problemas con vuestro hijo/a adolescente, la ayuda de un terapeuta se presenta como un recurso de imperiosa necesidad.
Muchas familias descartan esta opción ya sea por vergüenza o porque creen que el gasto económico no merece la pena. Sin embargo, cuando rompen el hielo y toman la primera consulta, que además es completamente gratuita y sin compromiso, se dan cuenta de que hablar con un especialista supone una gran ayuda y esto, a la larga, también evita problemas mayores, incluso en lo concerniente a lo económico.
Por ello, os animamos a que pongáis vuestro caso en manos de un profesional y obtengáis una ayuda específica a vuestro caso concreto. Estamos convencidos de que no os vais a arrepentir de dar este paso.

Conclusiones
Las discusiones de pareja cuando se tienen hijos adolescentes son algo inevitable. Los hijos, en esta etapa de su vida, atraviesan profundos cambios físicos y emocionales que no siempre van a saber acomodar de la manera adecuada. Y es aquí donde los desafíos, las continuas negociaciones y la frustración provocarán fricciones en los padres.
El reto está en saber permanecer unidos, mantener una actitud constructiva y aprender, por qué no, a ceder el espacio que los hijos necesitan en este momento.
Como señalábamos a colación del estudio que demostraba que unos padres unidos y con una relación sana promueven, incluso de forma involuntaria, que sus hijos tengan una vida más exitosa y estable, la clave está ahí, en que las discusiones no os lleven a una crisis de pareja que sólo ponga en peligro la estabilidad de vuestra familia.
Por ello, es importante actuar a tiempo. Si notas que la situación con tu hijo adolescente está perjudicando vuestra relación de pareja y no sabéis cómo volver a recuperar la ilusión y la estabilidad, es muy importante acudir a un especialista.
De la mano de un psicólogo de parejas aprenderéis a poner fin a las discusiones a la vez que obtendréis valiosas herramientas para comunicaros de forma eficiente con vuestro hijo/a adolescente.
Reserva hoy la primera consulta gratuita y descubre todo lo que podemos hacer por ti.
Os esperamos.
Escrito por: Equipo de Redacción.
Fecha: 29.07.2025
Este texto tiene un afán meramente divulgativo e informativo y en ningún caso sustituye un diagnóstico médico realizado por profesionales. Si sientes que tienes un problema o crisis relacionado con tu salud mental, te recomendamos que acudas a un profesional titulado lo antes posible.